Exvoluntario, ahora director de la Villa, ante el puzzle de los 206 equipos

Encajar a los 206 equipos participantes en los 31 edificios de la Villa Olímpica de Río de Janeiro es uno de los quebraderos de cabeza a los que debe hacer frente Mario Cilenti, el director de este inmenso alojamiento, antes de que comiencen a ocuparlo los atletas.Natalia Arriaga
"Sí, quedan cien días para los Juegos, pero nosotros abrimos diez días antes. A mí me quedan solo noventa", dice con humor este argentino-canadiense, que trabaja con Río 2016 desde antes de que ganase la sede de los Juegos.
Cilenti fue voluntario en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata en 1995. Trabajó luego en los de Winnipeg 1999 y después en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, antes de incorporarse a la organización de los Panamericanos de Río 2007. Llegó a continuación la candidatura de Río a los Juegos Olímpicos y la victoria que le hizo asumir nuevas responsabilidades.
Lo que él llama "el puzzle" de ubicar a todos los equipos en 3.604 apartamentos repartidos por 31 edificios es una de las tareas diplomáticamente más complejas para el responsable de la Villa.
¿Hay equipos que no quieren dormir cerca de otros? ¿Hacen los comités olímpicos nacionales raras demandas? Cilenti se ríe y apela a la discreción, y habla, más que de exigencias basadas en las simpatías geopolíticas, de "peticiones" relacionadas con la comodidad.
"Hay equipos que quieren estar cerca del comedor, otros junto al núcleo de transportes, otros cerca de la entrada. Algunos prefieren los apartamentos de dos habitaciones a los de tres o cuatro", enumera.
Cilenti y sus colaboradores reciben todas estas peticiones y operan de una manera calculada. Primero ubican a los diez primeros equipos según el número de participantes. Estas delegaciones suelen disfrutar de un edificio entero. Luego amplían el círculo hasta los 25 siguientes equipos y, por último, hasta los 50.
Entra en juego entonces una dificultad añadida: prácticamente hasta un mes antes de los Juegos las opciones de clasificación siguen abiertas en muchos deportes. Hay equipos que no pueden concretar hasta última hora cuántos miembros tendrá su delegación.
Por todo ello, "hay unos 150 equipos que llegarán en julio a Río sin saber cuál será su sitio en la Villa Olímpica".
A 100 días de los Juegos, los apartamentos están siendo ahora equipados con los muebles, puntos de luz y otras comodidades. Hay que repartir por ellos 600.000 objetos que, a su vez, habrá que retirar después de los Juegos Paralímpicos, para que las viviendas cumplan su último fin: ser vendidas como pisos de lujo.
Gracias a este alto nivel de los apartamentos, los deportistas olímpicos disfrutarán de una Villa que supera a las anteriores en detalles como el número de piscinas, el aire acondicionado o la enorme área recreativa.
Los edificios tienen 17 alturas, un detalle que preocupó en principio al COI, que prefería entre 10 y 12 para evitar las aglomeraciones en los ascensores. Pero los seis elevadores de cada edificio eliminarán las esperas, asegura Cilenti.
El comedor será una gran carpa con capacidad para 5.200 deportistas, más 1.000 trabajadores. Habrá cinco o seis tipos de comida internacional, pero no se servirán bebidas alcohólicas.