Brachi ve "factible" quedar entre los 5 primeros y no renuncia a la medalla

El halterófilo Josué Brachi, plusmarquista español en las tres modalidades en la categoría de 56 kilos, ve "muy factible" quedar entre los cinco primeros en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, su "objetivo principal", aunque no renuncia a una medalla porque "siempre puede saltar la liebre".En un encuentro con periodistas organizado por el Grupo Abades y la Federación Andaluza de la Prensa Deportiva, el levantador sevillano destacó este jueves que, como "a todos los campeonatos", a Río irá "con la misma mentalidad: ser el primero", pero que si no lo consigue, "al menos" habrá "dado el 120 por ciento" de sí mismo.
"Mentalmente soy un ganador y eso se refleja en la tarima, porque si tú no te ves así, los adversarios no te van a considerar un rival. Me divierto y lo paso bien compitiendo, porque entrenas medio año para un solo día, para diez minutos, en un deporte que has hecho toda tu vida y que sigue siendo igual, pero con más kilos", subrayó.
Para el bicampeón europeo en arrancada (121 kilos) en 2015 y 2016, que con 23 años es de los más jóvenes entre los diez mejores del mundo en su categoría, acabar entre los cinco primeros en Río ya sería histórico para la halterofilia española, pues "lo máximo que se ha logrado es un octavo puesto", con Andrés Mata en Londres 2012.
"Sé que puedo estar ahí", recalcó Brachi, que, además del oro en arrancada, estableció sus tres nuevos récords nacionales y ganó dos platas en el Europeo disputado este mes en Forde (Noruega), en las modalidades de dos tiempos (143 kg) y en el total olímpico (264 kg).
Sobre sus opciones en los Juegos, admitió que en este momento es "intocable" el norcoreano Om Yun Chol, campeón del mundo y olímpico en Londres, y plusmarquista mundial con 170 en dos tiempos y 140 en arrancada, ya que "en un día malo te sale con 170 kilos", bromeó, además de resaltar a los competidores chinos, franceses o búlgaros.
Aunque no es su objetivo inmediato, al considerar que por su edad y su progresión llegará "perfecto" a los Juegos de Tokio 2020, el halterófila español no descarta dar la sorpresa este verano en Río.
"Siempre puede saltar la liebre, que falle alguien y coger una medalla, por eso ni niego ni confirmo nada. Lo que es seguro es que voy a dar el 120 por ciento y a hacerlo lo mejor posible; estoy entrenando para ello", indicó Brachi, que también fue doble campeón europeo sub-23 en 2014 y 2015, y triple campeón de España absoluto.
Está becado por el Plan ADO, lo que le da "para vivir sin permitirte grandes lujos", aunque sigue preparándose en Sevilla con sus entrenadores Manuel Bermejo y Rosario Muñoz, y su psicólogo José Carlos Jaenes, y viaja a Madrid varias semanas antes de una gran competición para seguir el trabajo en la Residencia Joaquín Blume.
Comenzó en este duro deporte con 13 años, porque su padre lo practicaba y le animó a hacerlo, y explicó que se enganchó "desde el minuto uno" porque le "encanta" al ser un reto continuo en el que "cada día quieres más y más".
Explicó que se entrena unas siete horas al día, por la mañana y por la tarde, "los 365 días al año y siempre al 120 por ciento", pues incluso "por gusto", al margen de las directrices de sus técnicos, reconoció que no puede evitar ejercitarse en el gimnasio los sábados por la tarde y los domingos por la mañana.
Brachi aseveró que en la competición siempre hace mejores marcas que en los entrenamientos porque "ves a los rivales y te hierve la sangre, te vienes arriba y te dices 'si ellos lo levantan, yo también'", y añadió que "dentro de la tarima todos son enemigos y te acuerdas de toda su familia, pero fuera" son "grandes compañeros".
"Es un deporte en el que es clave la psicología, de mucho trabajo y mucha estrategia", dijo, y que obliga a llevar "una dieta muy estricta", y resaltó la difusión y el "gran nivel" adquirido por la halterofilia española en los últimos años, así como los "grandísimos pasos" que se han dado en la lucha contra el dopaje.